Ninguno habría pensado que viviría nunca una situación como la causada por la COVID-19. En pocos días, el sistema sanitario global se ha visto sometido a una prueba de estrés de magnitudes globales, que ha tenido consecuencias en el sistema global a nivel económico y social. Poco a poco, empezamos a darnos cuenta del impacto que la pandemia nos ha dejado. El sistema sanitario pudo capear el temporal aunque llegó a vislumbrar sus límites.
Para hacer frente a los retos que nos depara el futuro, contamos con la experiencia vivida individual y colectivamente. Pero por eso, necesitamos escuchar a los profesionales del ámbito sociosanitario ya las personas usuarias que, en última instancia, son las beneficiarias de las intervenciones que se realizan a nivel de salud y bienestar social.
En esta línea, desde Neàpolis se ha impulsado la creación del Living lab de Salud y Bienestar, que tiene por objetivo buscar los retos a nivel de salud y bienestar social e identificar las necesidades de los distintos colectivos del sector sociosanitario así como de los usuarios-beneficiarios. Este living lab forma parte del Proyecto de Especialización y Competitividad Territorial (PECT) Garraf, sobre Envejecimiento activo y saludable y dependencia, coordinado por Consejo Comarcal del Garraf , y está cofinanciado por el Fondo europeo de desarrollo regional FEDER Catalunya 2014-2020. Además del Living Lab de Neàpolis, el PECT Garraf despliega una serie de proyectos a través de diversas organizaciones: el Instituto de Robótica para la Dependencia ; la Fundación Ave Maria de Sitges ; la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú EPSEVG – UPC y el Consorcio Sanitario del Alt Penedès-Garraf .
Un ecosistema innovador formado por tres comunidades
Un living lab es un ecosistema comprometido en la innovación abierta y el diseño centrado en el usuario, donde se busca que los agentes implicados de la cuádruple hélice (empresa, centros de investigación, administración pública y ciudadanía) se impliquen en la co- creación de soluciones a través de metodologías participativas. Los living labs tienen cinco elementos que le caracterizan: la implicación del usuario de forma activa, la aplicación en un entorno real (testeo y experimentación), la participación multi-agente (implicación de los usuarios-final y otros agentes), una aproximación multi-método (con distintos métodos y herramientas) y la co-creación (iteración de ciclos de diseño con diferentes agentes).
El living lab tiene la finalidad de crear un espacio de interrelación entre los distintos agentes implicados en el ámbito de la salud y el bienestar social, para crear soluciones innovadoras a retos y necesidades de este ámbito. Por ello, está diseñado para desarrollar las siguientes funciones: 1) escáner de necesidades y retos del ámbito de la salud y el bienestar social; 2) espacio de interrelación entre los agentes de la cuádruple hélice; 3) ecosistema innovador, que permita la creación de soluciones innovadoras; y 4) laboratorio de proyectos de base tecnológica. En este sentido, el living lab es la tecnología social que utilizamos para crear un ecosistema social y digital, en este caso, formado por tres comunidades principales: la comunidad de especialistas en salud y bienestar de Vilanova i la Geltrú y el Garraf; la comunidad de usuarios activos, responsables e innovadores (poniendo el acento en la comunidad senior); y la comunidad de emprendedores de Vilanova i la Geltrú y el Garraf. Estas tres comunidades tienen intereses diferentes, pero todas ellas están relacionadas y vinculadas por las necesidades y retos del ámbito de la salud y el bienestar desde un paradigma saludogénico.
Teleasistencia, implicación de los usuarios y lucha contra la soledad
Como primeras actividades para implicar a los agentes e identificar los retos a nivel de salud y bienestar, se han organizado dos grupos de discusión virtuales con profesionales del ámbito sociosanitario a lo largo de los meses de junio y julio. Entre las dos sesiones asistieron más de 30 personas, que realizaron aportaciones partiendo de su campo de experiencia y su experiencia personal.
Entre otros temas, los participantes destacaron la importancia de centrar la intervención en las personas, mejorar la coordinación en la intervención, buscar mecanismos para normalizar la teleasistencia, implicar a la comunidad de usuarios y mejorar la participación y comunicación con los usuarios. Por otra parte, también se incidió, sobre todo en lo que se refiere a las personas mayores y dependientes, la importancia de acompañar a la gente para luchar contra la soledad, cuidar a los cuidadores y consolidar una comunidad que apoye este cuidado , como parte de una ciudad cuidadora. Todos estos temas piden una respuesta coordinada que en muchos casos pueden tener una derivada en la que la tecnología puede aportar valor a la hora de definir las posibles soluciones.