El departamento de Medio Ambiente y la agencia de innovación pública Neàpolis han iniciado una prueba piloto conjunta en los centros escolares del Aragai y del Arjau. Se trata de un sistema de captación de distintos datos ambientales que serán base para un estudio de eficiencia energética para los equipamientos escolares de la ciudad.
Este proyecto, que ha recibido el apoyo económico de la Diputación, tiene por objetivo estudiar la situación ambiental actual de las escuelas y su evolución para la implementación de medidas derivadas de un mayor conocimiento de sus necesidades. Optimizar los recursos que ofrecen los centros escolares y su tratamiento como equipamiento inteligente, implica mejorar la eficiencia energética y medioambiental tanto de los centros como de la ciudad en general.
La colocación de sensores en diferentes partes de los edificios, tanto interior como exterior, permitirá recoger, de forma permanente y sincrónica, los datos de temperatura, presión atmosférica, humedad, nivel de CO2 y luminosidad.
Los sensores son autónomos, funcionan con baterías e inalámbrica y pueden ser transportados de forma fácil a otros equipamientos o espacios de la misma escuela. Los datos constantes se almacenan en una base de datos instalada en Neàpolis. Estos datos se pueden consultar en tiempo real y serán públicos vía web, conectados a la red de sensores de la propia Diputación.
Para hacer posible la recogida de datos, Neàpolis dispone de una red inalámbrica de captación de información por este tipo de sensores que se coordina con la de la Diputación. El objetivo en los próximos meses del departamento de Medio Ambiente y, por extensión, de Neàpolis se centra en poder auditar con mayor precisión los edificios públicos, detectar las posibles anomalías perjudiciales para las personas y corregir incidencias en calefacciones y aires de forma remota o proponer los cambios necesarios para reducir consumos y mejorar el confort de los centros.
La concejala de Innovación, Conxi Martínez explica que “nos planteamos generar soluciones en distintos ámbitos y servicios públicos fomentando el beneficio social de las tecnologías. En este caso, esta sensorización debe permitirnos adoptar medidas sobre una base de datos contrastadas y fiables, haciendo más eficientes los equipamientos escolares y por extensión los servicios a la ciudadanía”.
Testeada y validada esta primera prueba piloto, se prevé ampliar la captación de datos a otros centros escolares.